Antes de que el niño comience la escuela conviene hacer una revisión completa de su desarrollo visual, seguida de controles periódicos anuales durante toda la escolaridad.
Es importante estar pendiente de algunos síntomas:
- Si parece que tuerce un ojo
- Si el niño fija los ojos cuando tiene delante cosas en movimiento
- Si durante los primeros meses de vida le molesta mucho la luz
- Si le cuesta coger cosas que tiene cerca.
- Si le lloran los ojos o se le inflaman los párpados.
- Si se acerca mucho las cosas.
- Si no calcula bien las distancias.
- Si vuelve la cabeza al mirar.
- Si cierra o se tapa un ojo para ver mejor.
Ante cualquiera de estos síntomas, independientemente de la edad del niño, se aconseja realizar una consulta.
La revisión con el Oftalmólogo
¿Qué tiene en cuenta el Oftalmólogo?
La focalización: si el niño ve bien tanto de cerca como de lejos; y la posibilidad de que le aumente los defectos visuales
La coordinación de los dos ojos: si los ojos se mueven y se centran con precisión, si el niño evalúa las distancias fácilmente.
La identificación visual: si diferencia bien los colores, tiene buena agudeza visual y es correcta su orientación espacial; y si percibe bien las letras y los números, además de distinguirlas en el orden correcto.
Necesitas Gafas!
Una vez determinado el defecto visual que padece el niño, nos enfrentamos al hecho de que necesita gafas todo el día.
En niños tímidos puede generar un sentimiento de vergüenza que los padres ayudarán a superar.
El niño se pregunta «porque yo tengo que llevar gafas?», Sin pararse a pensar «ahora veré con claridad; eso es otra cosa y todo funcionará mejor «.
Pensar en positivo es un paso que puede dar por sí mismo o bien incentivado por los padres.
Sin ignorar el factor «vergüenza» podemos afrontarlo con el hecho de que los demás seguro que también tienen cosas que los hacen diferentes .También le podemos explicar nuestras propias experiencias, o explicarle todas las cosas que ahora podrá hacer mucho mejor que antes.
Hay padres que el hecho de que su hijo lleve gafas les es un «trauma», como si la necesidad de llevarlas fuera por sí mismo algo malo.
Conviene que estos padres entiendan que, con las gafas, los su hijo mejorará el rendimiento escolar y podrá realizar sin problemas actividades que antes tanto le costaba realizar, simplemente por el hecho de no ver con claridad. Las gafas le mejore su calidad de vida.
Todavía hay padres que creen que el niño, al llevar las gafas, se exponen a que le aumente la graduación, y por eso prefieren que no las lleven. Esta idea es totalmente errónea y tan sólo perjudica al niño.
Son para toda la vida?
La miopía puede evolucionar con el desarrollo del niño, y a partir de los 20 años se produce un estancamiento que permanecerá toda la vida, excepto en altas miopías. Las gafas y las lentes de contacto son soluciones efectivas para ver correctamente.
En el caso de la hipermetropía, con el desarrollo del niño se puede corregir, y es posible una disminución de las dioptrías con el crecimiento.
Elegir unas gafas
Elegir las gafas es un momento importante. Compramos un objeto que acompañará al niño todo el día.
Cómodas y a gusto consigo mismos
El niño debe sentirse a gusto con las gafas, para que las llevará puestas todo el día.
Un factor a tener en cuenta es el estético: el niño debería elegir el tipo de gafa con el que se sienta mejor, aunque los padres influyan decisivamente en la elección. El ideal es encontrar un punto intermedio: dejarse asesorar por los consejos ópticos y estéticos de un profesional de la óptica (que tiene en cuenta la forma de la cara, el color de los ojos, del cabello, y el estilo personal ) y escuchar el criterio de los padres (que conocen el carácter del niño y su forma de actuar) y del propio interesado, que a partir de los 7,8 años, ya puede tener unas preferencias claras.
Las monturas
Es importante que la montura esté bien ajustada y alineada, si no puede producir dolores de cabeza. Se debe vigilar periódicamente que los cristales estén centrados y las varillas ajustadas.
Los cristales
Pueden ser de minerales (de vidrio) u orgánicas (de plástico). Los cristales orgánicos son muy resistentes pero se rayan. Son los más seguros para los niños. Hay ópticas que ofrecían seguros de rotura de cristales.
Lentes de contacto
Hay que ser constante en el mantenimiento de las precauciones de limpieza de las lentes de contacto durante la limpieza, colocación, extracción, etc. Por eso se recomienda en general esperar a los 14 años. La edad la marca básicamente, la conciencia del niño al momento de llevar en todo momento una correcta higiene y manipulación de las lentes.